Ahogamientos, la pesadilla de cada verano.
¿Sabías que se producen al año 360.000 muertes por ahogamiento?. Es la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional. Sabemos que el 90% de los fallecimientos se producen en los países subdesarrollados.
Según la definición de la OMS de 2002, “El ahogamiento es el proceso de sufrir dificultades respiratorias como consecuencia de la sumersión o la inmersión en un líquido”.
Se producen al año 360.000 muertes por ahogamiento, suponiendo además un riesgo mayor para niños, varones y personas con fácil acceso al agua. Es además la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional. Los países subdesarrollados sufren una considerable mayor incidencia (concentrándose el 90% de los fallecimientos).
Al igual que en el caso de las maniobras de RCP (reanimación cardiopulmonar), las pautas de actuación en ahogamientos no son parte de la formación ni en colegios ni en el ámbito común de la ciudadanía.
Cada verano, casi ya en sus primeras semanas, nos llegan noticias de personas que han fallecido a causa de un ahogamiento. A veces, incluso siendo las víctimas niños pequeños, con el consiguiente drama que supone para sus familiares.
Según datos de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, la tendencia actual de los ahogamientos en nuestro país es al alza. Durante el inicio del verano de 2019 se vienen produciendo 3 ahogamientos diarios. Esta misma fuente da un perfil del ahogado de hombre de nacionalidad española, fallecido generalmente en la playa y carente de vigilancia.
Las zonas que más han sufrido estas muertes han sido las Comunidades Autónomas de Andalucía, Comunidad Valenciana y Cataluña. Aunque lamentablemente se han producido muertes durante el año en todas las comunidades autónomas salvo en las ciudades de Ceuta y Melilla.
La situación actual
Pese a las campañas emprendidas por organismos como por ejemplo Cruz Roja y Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, en ocasiones a pie de playa, para la concienciación del riesgo de ahogamiento y las pautas de actuación en caso de tener que prestar primera ayuda, parece muy preocupante que las cifras continúen creciendo.
Otros organismos como el ERC (European Resucitation Council), se ocupan de la revisión de los algoritmos de actuación en estos casos, habiendo simplificado mucho los pasos a seguir para poder salvar vidas. El problema radica en la poca difusión que alcanza. Actualmente se está alcanzando una alta concienciación en campos como la reanimación cardiopulmonar y el uso de los desfibriladores en caso de parada cardiorrespiratoria, pero la actuación en ahogamientos sigue siendo algo menos accesible.
Además, en la actualidad en nuestro país no existe legislación relativa a la seguridad acuática ni proyectos estatales para disminuir el número de fallecimientos por ahogamiento
¿Qué podemos hacer?
Cuando una víctima sufre ahogamiento por inmersión sus pulmones y zonas de intercambio de oxigeno son ocupadas por agua (dulce o salada), impidiendo el paso de oxígeno a la sangre, generándose por tanto una situación de hipoxia, que mantenida en el tiempo tiene como desenlace el fallecimiento de la víctima.
Por tanto es esencial tanto el rescate cuidadoso, como la posterior reanimación realizada de forma adecuada. Pero aún más importante es instaurar y difundir las medidas de prevención.
Llegado el momento de tener que asistir a un ahogado por inmersión, ¿cuáles son los pasos a seguir?, ¿qué debemos hacer?
Como en cualquier otra situación de primeros auxilios siempre debemos llamar al 112 solicitando ayuda y nunca poner en riesgo nuestra propia vida, especialmente si se ha de realizar un rescate y no estamos preparados.
En otras situaciones el rescate puede ser más sencillo y el problema viene cuando la víctima ya está fuera del agua, porque la mayoría de la población no sabe cómo actuar.
Si ya hemos pedido ayuda ese paso ya está realizado. Si no es así, ahora es el momento de realizarlo. Después debemos valorar la situación de la víctima, evaluando, por este orden consciencia y respiración.
Estimularemos a la víctima para hacernos una idea de su respuesta. La hablaremos, tocaremos, sacudiremos con suavidad y si no responde (víctima inconsciente), pasaremos a evaluar su respiración.
Para ello, hiperextenderemos su cabeza con la maniobra frente-mentón, y colocando nuestro oído sobre su boca y nariz, intentaremos oir y sentír su respiración, mientras que además, mirando hacia el pecho de la víctima valoraremos si se mueve. Si no observamos claramente que respira pasaremos a iniciar la reanimación.
Manteniendo la hiperextensión, pinzaremos su nariz e insuflaremos 5 veces mediante un boca a boca, intentando que la víctima recupere su respiración. Si no lo logramos pasaremos a realizar una secuencia de compresión torácica/ventilación boca a boca, con una cadencia de 30 compresiones/2 ventilaciones hasta que recuperemos a la víctima, llegue ayuda o nos agotemos (en caso de disponer de ayuda para relevarnos). En caso de disponer de un DEA (desfibrilador automático) también debe ser utilizado cuanto antes.
Tu puedes estar preparado para atender estas situaciones de la mano de HealthT, si estás interesado en profundizar en el conocimiento de actuación o simplemente quieres aprender a actuar en estas situaciones, no dudes en contactar con nosotros. ¡Queremos enseñarte a salvar vidas!