¿MUSICA PARA APRENDER RCP Y MUSICOS EN UN HOSPITAL…?
La música forma parte de la cultura de cualquier sociedad. Debido a su multitud de estilos puede tener infinidad de objetivos. No es solamente ocio o un elemento lúdico, sino que además podemos beneficiarnos de sus efectos relajantes y terapéuticos según diversos estudios científicos. Y además debería ser elemento común y muchas actividades docentes.
Llevo más de 20 años trabajando como enfermero en el ámbito sanitario. Si al principio de mi vida laboral me hubiesen preguntado sobre la posibilidad de que hubiese un concierto en un hospital o músicos a pie de cama de los pacientes, me habría quedado perplejo, quizás pensando en que me gastaban una broma o incluso que la persona que me hacía la pregunta no tenía ni idea de lo que era un hospital.
Mi actividad laboral se ha centrado en Unidades de Cuidados Críticos, docencia sanitaria y ahora también desde no hace mucho a enseñar RCP desde @Hitformacion, a todo aquel ciudadano interesado. En estos escenarios cualquiera podría pensar que debe reinar más el silencio que la música. Pues señores…, error. Tras mucho tiempo trabajado y experiencias vividas, tengo que decir que me hubiese equivocado de pleno.
La música forma parte de la cultura de cualquier sociedad. Debido a su multitud de estilos puede tener infinidad de objetivos. No es solamente ocio o un elemento lúdico, sino que además podemos beneficiarnos de sus efectos relajantes y terapéuticos según diversos estudios científicos. Y además debería ser elemento común y muchas actividades docentes.
En @Hitformacion, nuestra empresa de formación en RCP, utilizamos tanto metrónomos como música en nuestras formaciones en RCP con el fin de que los alumnos adecuen su velocidad de compresión torácica.
En plataformas como @Spotify existen playlists dedicadas a canciones que pueden utilizarse para realizar la RCP, accesibles a cualquier persona (“CPR songs”). En la formación en RCP se han viralizado temas como Staying Alive, Another One Bite the dust, T.N.T, etc…. (busquen y sorpréndanse, hay muchos más…).
Otras entidades como @rcpdesdemicole han creado sus propias canciones para enseñar a niños a realizar RCP.
Al utilizar estas canciones, los alumnos, identifican de forma más natural y sencilla el ritmo de masaje que deben seguir. Algunas de esas canciones están tan metidas en nosotros que “clavamos” su ritmo, con lo cual, nuestra velocidad de masaje es óptima (prueben la experiencia con @Hitformacion, ya verán, ya verán…).
¿Y en los hospitales? ¿Qué está ocurriendo?
En los últimos años está surgiendo una corriente que tiene como fin la humanización en la atención a los pacientes. Con la finalidad de mejorar la calidad humana del servicio prestado y hacer menos traumática la experiencia de la enfermedad para el paciente, se siguen diversas líneas de actuación.
Además de modificaciones en la infraestructura hospitalaria, arquitectura, mayor apoyo a familiares, liberalización de los regímenes de visita y el cambio del rol paternalista del profesional sanitario con el paciente, la música irrumpe dentro de esos muros.
No se trata en sí únicamente de un uso terapéutico, ni un estudio, ni siquiera de su uso en áreas de pediatría como un elemento de ocio. Se trata de aportar un elemento cotidiano de la vida de cualquier persona para “normalizar” su día a día en un hospital.
Para ello a través de profesionales de la música, y entidades y sociedades vinculadas al sistema sanitario, como @musicaenvena, se realiza esta actividad.
Supone para el paciente momento de conexión con la normalidad, (o desconexión de la enfermedad), con lo cotidiano. Con las nuevas tecnologías cualquiera puede escuchar música (con un móvil y unos auriculares basta). Pero ojo, hablo de música en directo. ¿A quién no le gusta un concierto? ¿Y quién no se lo pasa bien cuando va?
Estos músicos, en ocasiones anónimos, en otras más conocidos (en función de su repercusión mediática) aportan su granito de arena a los pacientes (estoy más que convencido de que mucho más de lo que los propios músicos imaginan). Los que estamos en el hospital, y no somos los enfermos, sino los que estamos “al otro lado”, valoramos muy mucho su actividad y lo que dan cada vez que entonan su voz, rasguean una guitarra o logran que el paciente tenga una sensación positiva al oír una canción.
«Cada vez ellos cantan o tocan, yo, en ocasiones presente, me pregunto “…y ellos, ¿qué?…”
Si doy testimonio de que la música es válida en la RCP que enseña @Hitformacion, de que se utiliza también en los hospitales para ayudar a los pacientes, quiero dar también voz a los otros protagonistas, los músicos. La música ya habla ella sola cuando suena entre esos muros.
Así pues, les ruego lean atentamente los pensamientos que expresa a continuación uno de esos músicos (excelente, por cierto), profesor y amigo (porque a los miembros de @Hitformacion nos gusta la música, y a mi mucho e intento conseguir que mi guitarra suene con su ayuda). Lean, atentamente….
“….
Hola
Hola
Buenas, ¿esto funciona? Probando, probando…
Perdón. Me han pedido un testimonio y no sé cómo comenzar algo así sin hacer lo que hago habitualmente en el escenario.
Les cuento. Me llamo David García (todo el mundo me conoce como Davo) y soy guitarrista. Llevo en la profesión más de quince años y he participado en mi labor con bandas como Auryn, Dasoul, D´Nash, Mayca Teba o Ondina, entre otros.
La idea de participar en una actividad de música en hospitales me rondaba la cabeza hacía ya mucho tiempo, pero nunca parecía encontrar la vía, el momento o el lugar adecuado para realizarlo. Un día, en clase con mi alumno-enfermero Julián, me comentó de pasada que en su hospital se hacían actividades de ese tipo y que podía facilitarme el contacto con la gente del hospital para realizarla. Dicho y hecho, hablamos con la directora del hospital, pero presentaba un escollo. Un músico no puede realizar ese tipo de actividad de forma voluntaria y personal, puesto que debe ir cubierto por un seguro civil, etc. Ciertas organizaciones, como con la que me puse en contacto para realizarlo, facilitan y organizan esta tarea; la mía se llamaba Música En Vena.
Música En Vena organiza y colabora con muchos hospitales repartidos a lo largo de la Comunidad de Madrid, realizando actividades en distintos departamentos (oncología, psiquiatría, área infantil) de cada centro.
En concreto mi primera visita fue al hospital Infanta Elena, en Valdemoro. Llegué allí con mi guitarra eléctrica al hombro y mi amplificador pequeño en una mano y en la otra los pedales de efecto. Al llegar, me recibió una joven de Música En Vena, que me acompañó al área donde iba a tocar. Hasta entonces, yo no sabía dónde tocaría, no había quedado claro y tampoco me había preocupado mucho; pensaba que la actividad era lo más importante independientemente de donde se ubicara.
Cuando encaminamos la sala de Diálisis del departamento de oncología las piernas me temblaron un poco.
Entiéndame, he tocado en cientos (puede que roce los miles) de conciertos en todo tipo de circunstancias. Despedidas desmadradas de solteros, cumpleaños con alto nivel etílico, toqué una vez en una institución de gente con discapacidad mental, en cárceles…pero esta vez me enfrento a un escenario totalmente distinto.
Esas personas no están allí por voluntad propia; y es más, no sé si les gustará lo que escuchen o tan siquiera querrán escucharme.
Me marqué como objetivo tocar composiciones propias, hechas a partir de loopers (grabaciones que se hacen en ese mismo momento, siendo composiciones en alguna forma únicas e irrepetibles), instrumentales de sólo guitarra eléctrica.
Entramos en una sala amplia. Un círculo de personas se sienta alrededor del punto central de la sala donde se encuentra un pilar y una televisión colgada; hay un programa que, según me estoy preparando para lo mío, conectando enchufes, cables, sacando guitarra, cortan en seco. La gente se encuentra en diálisis, todos conectados a sus máquinas de las que penden bolsas. Algunas de las máquinas realizan algún pitido rítmico cada cierto tiempo.
El ambiente es tenso. El silencio es bastante pesado, solo interrumpido por alguna conversación de algún familiar en voz baja con el enfermo, o algún enfermo pidiendo que le revisan esto, o aquello.
Y allí me encuentro yo, con casi treinta personas en tratamiento, que me miran fijamente, abierto a la nada.
Me presenta la chica de Música en Vena… David hoy nos viene a amenizar un rato… esperamos que os guste. Yo espero que al menos no me saquen a patatazos…pero no veo ninguna hortaliza cerca.
Comienzo a tocar sin haberme presentado tan siquiera. Me doy cuenta de ello cuando llevo dos minutos tocando. Al principio todo es tensión, pero a medida que pasan los segundos y veo que nadie me pide que pare, o que incluso algún enfermo mueve el pie al ritmo me empiezo a soltar y animar. También ayuda que mi alumno se sienta a mi lado en los primeros minutos, cuando ve que el pánico me invade; me reconforta porque me aporta un elemento de seguridad, de anclaje a tierra en un mundo de miradas de incertidumbre frente a todo, la vida, qué hace este tipo aquí, cuándo acaba esto…
En el tercer tema me siento con ánimo de decir algunas palabras. Algunos están concentrados en su tarea, con los ojos cerrados. Otros me sonríen. Una señora me da las gracias al fondo, lo cual me pone contento y me intimida a la vez. Continúo con mi música; no es la mejor opción, lo sé, música instrumental propia pero allí sigo intentando darles lo mejor de mí. Volveré muchas mas veces después, con versiones, aprendida la lección de que lo importante no es uno, sino ellos, distraerles al menos de una situación difícil. Pero esa primera vez fue con mis composiciones; y un discurso no verbal de emociones a través de la guitarra que no sé si llego a cuajar, pero que, cuando acabé y algunos tímidos aplausos sonaron, y cuando se acercó algún familiar a agradecer que lo hubiera hecho, me dio por pensar que quizá si les merecía la pena a ellos; porque a mí claramente si me la merecía, eso lo sabía antes de entrar por la puerta.
Cuando recojo mis bártulos, y la tele se vuelve a encender, alguno o alguna se me quedan mirando con media sonrisa, y alguno o alguna me pregunta que cuando volveré por si coincido con su sesión de quimio. Y cuando salgo por la puerta me quedo con las ganas de darles las gracias por mostrarme lo que ya sabemos, que el barco es el mismo para todos, que en estos mundos tan informatizados, tan conectados por hilos invisibles que atrapar moviendo los terminales de móviles alrededor para coger mejor cobertura, en estos mundos de comunicación inmediata, a lo mejor estamos más incomunicados que nunca y lo que necesitamos es más mirarnos a los ojos, saber que estamos ahí, que no estamos solos.
Si la música es una vía para abrir esas puertas bienvenida sea.
Les recomiendo de corazón la experiencia. No se arrepentirán”
Supongo, que al igual que yo, habrán leído su testimonio del tirón; y que habrán descubierto que al igual que cualquier persona que intenta aportar algo a un paciente en un hospital, los sentimientos que ello le devuelve son difíciles de expresar, únicos y enriquecedores. Y que cuando se ha aportado un momento de vuelta a la vida que tenía a alguien enfermo, su recuerdo siempre despierta algo positivo, algo que llena…
Prueben, prueben…
Ahora entenderán porqué música y músicos en el hospital, porqué música en un entrenamiento de reanimación cardiopulmonar, porqué música en @Hitformacion.
Solo me queda decir, gracias amigo. Gracias Davo. VIVA LA MUSICA!
Y… aprendan RCP con nosotros. @Hitformacion no es solo RCP, es música también, y mucho más….